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jueves, 17 de abril de 2025

Experiencias Exitosa que demuestran que la economía circular es posible en la construcción

Casos exitosos de economía circular en el sector construcción, Panderetas circulares.

Cristóbal Bascuñán, gerente regional de la empresa comenta que la iniciativa de “panderetas circulares”, desarrollada por constructora Sala en Punta Arenas surgió a partir de una necesidad generada por las condiciones geográficas de la región de Magallanes, donde el abastecimiento es mucho más complejo que en el centro del país. Bascuñán relató que en esa zona están dedicados principalmente a la construcción de viviendas, en altura y extensión, donde se requiere de cierros con panderetas de alta calidad que sean capaces de resistir las condiciones de fuertes vientos. Asimismo, el ejecutivo narró que, considerando los planes de vivienda del actual gobierno, la planificación estratégica de la empresa en Punta Arenas experimentó un alza considerable en la cantidad de casas a construir, esto, evidentemente, aumentó la necesidad de panderetas, eso significa construir 22 kilómetros de cierros al año (…) Para nosotros era mucho, entendiendo el contexto de que los proveedores eran muy pocos y con plantas precarias. Los problemas eran de cantidad, calidad y plazos”, comentó Cristóbal Bascuñán.

Fue así como, para cumplir con los contratos, en 2020 inauguraron su planta de prefabricados de panderetas y comenzaron a operar en 2021. Sin embargo, al cabo de un tiempo surgió una nueva dificultad: el peso de cada pieza era de unos 100 kilos, lo que excedía la normativa para el trabajo de los operarios. Fue esta situación la que motivó una nueva “vuelta de tuerca” que llevó a una solución circular, en 2023: utilizar plástico reciclado en la fórmula del hormigón de las panderetas, con lo que redujeron el peso a 80%.

“A la fecha hemos evitado que 57 toneladas de plástico lleguen a vertederos. Tenemos 47 puntos limpios, donde la comunidad va y deja sus botellas. La verdad es que ha sido bastante transformador”, concluyó el gerente regional de Salfacorp Zona Austral

martes, 15 de abril de 2025

Experiencias que demuestran que la economía circular es posible y beneficiosa en el sector de la construcción, áridos artificiales

Casos exitosos de economía circular en el sector construcción, reciclaje de escoria siderúrgica.

El 34% de los residuos sólidos que se generan en el país provienen de la industria de la construcción que además genera el 31% de las emisiones de CO2 por concepto de consumo. Frente a estas cifras, hay tanto desafíos como oportunidades, que algunas empresas ya han hecho suyas y pueden ser un ejemplo de sostenibilidad. En el marco del Encuentro Nacional de Sostenibilidad en la Construcción (Enasoc), organizado por la Cámara Chilena de la Construcción se mostraron tres exitosos casos de circularidad: EcoAZA y el reciclaje de escoria siderúrgica, las panderetas circulares de la constructora Salfa, y las buenas prácticas en la gestión de materiales de la constructora RVC.

Matías Contreras, gerente general de EcoAZA, presentó brevemente el modelo de Aceros AZAel 34% de los residuos sólidos que se generan en el país provienen de la industria de la construcción, El modelo EcoAZA, produce acero a partir de chatarra ferrosa. “En distintos lugares del país recolectamos la chatarra, que es llevada a nuestra Planta Colina, donde mediante el proceso de reciclaje, usando energías renovables, se fabrica nuevo acero. En la planta se genera algo medio romántico, porque se puede ver cómo entra la chatarra y ver cómo salen productos terminados, que van a las grandes obras del país”.

Luego de explicar cómo se genera la escoria siderúrgica en el proceso, Contreras comentó que el reciclaje de ese subproducto se realiza desde hace años, pero estaba externalizado y, desde 2022, fue integrado en Aceros AZA a través de la filial EcoAZA, ubicada en Tiltil.

“Estas escorias siderúrgicas procesadas, que son cerca del 70% de los residuos industriales que genera el proceso de AZA, son convertidas en áridos artificiales definidos así de acuerdo a la literatura técnica del Instituto Nacional de Normalización”, señaló Matías Contreras y agregó que estos áridos artificiales, junto con los áridos reciclados (principalmente de residuos de hormigón), vienen a sustituir los áridos naturales, tanto gravillas como arena, para las fórmulas del hormigón.

“El beneficio de esto es que entrega una alternativa a la extracción de áridos naturales, que es cada vez más ser costosa y con mayor impacto, socioambientalmente”, dijo el gerente general de EcoAZA.

Junto a la línea de negocios de áridos artificiales, la filial de Aceros AZA también desarrolla prefabricados de hormigón, donde destaca una línea de productos viales -como los New Jersey, adoquines, pastelones, solerillas, etc.-, una tercera línea de negocios que son los excedentes de metales, que vuelven al proceso.

“El beneficio de esto es que entrega una alternativa a la extracción de áridos naturales, que es cada vez más ser costosa y con mayor impacto, socioambientalmente”, dijo el gerente general de EcoAZA.

Junto a la línea de negocios de áridos artificiales, la filial de Aceros AZA también desarrolla prefabricados de hormigón, donde destaca una línea de productos viales -como los New Jersey, adoquines, pastelones, solerillas, etc.-, una tercera línea de negocios que son los excedentes de metales, que vuelven al proceso.

“En EcoAZA tenemos el propósito de seguir gestionando estos mal llamados ‘residuos’, para que dejen de ser y finalmente sean materiales que nos aporta hacia un Chile más sostenible”, Subrayó Matías Contreras.

“En la Planta Colina se genera algo medio romántico, porque se puede ver cómo entra la chatarra y ver cómo salen productos terminados, que van a las grandes obras del país”.

 


lunes, 14 de abril de 2025

Experiencias Exitosas demuestran que la economía circular es posible y beneficiosa en el sector de la construcción

 ECONOMIA CIRCULAR EN LA CONSTRUCCION

Francisca Díaz, coordinadora de proyectos de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), entidad de la CChC que fomenta la productividad y sostenibilidad ambiental, presentó un panorama general de los impactos medioambientales de la industria de la construcción y los diversos esfuerzos que se están realizando para contrarrestarlos, especialmente la economía circular.

“El sector de la construcción tiene una gran influencia en el crecimiento de los países, a nivel económico, social y medioambiental. En Chile, el sector aporta el 7,1% del PIB y concentra el 8,5% del empleo nacional. Además, consume el 32,6% del uso energético, concentra el 7% de consumo hídrico y es responsable del 31% de emisiones de CO2 asociadas a consumo energético”, comentó la profesional de CDT.

Asimismo, refirió que la construcción genera alrededor del 34% de los residuos sólidos, y citó un estudio que proyectaba para 2023 que “la cantidad generada de residuos de la construcción y demolición (RCD) iba a ser equivalente a más de 7 millones de metros cúbicos, un volumen similar a 15,5 estadios nacionales”.

Frente a esto, Francisca Díaz planteó la interrogante de si es posible aplicar el modelo de economía circular a la construcción y, antes de responder, explicó brevemente los tres ejes sobre los cuales se estructura la circularidad con el fin de extender los ciclos de vida de bienes y productos y mantenerlos constantemente en uso: diseño libre de residuos y contaminación, mantener productos y materiales en uso; y regenerar sistemas naturales.

Luego, comentó que este modelo es posible en la construcción, principalmente a partir de entender que los residuos son recursos y que hay que hacer un esfuerzo importante en el diseño. En este sentido, abordó un estudio de ARUP en conjunto con la Fundación Ellen MacArthur, que promueve un “kit de herramientas para una edificación circular”. Entre ellas, Díaz destacó cuatro: evitar construir innecesariamente; diseñar para la adaptabilidad; aumentar la eficiencia de los materiales; y disminuir el uso de materiales nuevos y no renovables.

“Esto lo podemos aplicar a distintas etapas del ciclo de vida de un proyecto de construcción. En la etapa de planificación y diseño podemos hablar de retener, reparar, remodelar, y ahí entran conceptos como la edificación por capas, el diseño sin residuos, diseño para adaptabilidad, diseño para desamblaje y selección de materiales”, dijo la coordinadora de proyectos del CDT.

Asimismo, mencionó la prevención de residuos de construcción desde el diseño, y comentó que actualmente “existen distintas técnicas y tecnologías que permiten que podamos prevenir residuos de construcción. Por ejemplo, la industrialización, prefabricación, el diseño para la fabricación y montaje, modularización, y plan de gestión de residuos en obra”.

“Finalmente, en la etapa de construcción, fin de vida y materia prima, se trata de concebir los residuos como recursos, es decir, la importancia de reusar, remanufacturar, reciclar y entender que los edificios son bancos de materiales”, concluyó Francisca Díaz.

EMPRESAS E INNOVACION/ ECONOMIA CIRCULAR, CAMARA CHILENA DE LA CONSTRUCCIÓN

 

Encuentro Nacional de Sostenibilidad en la Construcción (Enasoc)

Durante la tercera versión del Encuentro Nacional de Sostenibilidad en la Construcción (Enasoc), organizado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), con el objetivo de dialogar en torno a los desafíos del sector y el rol central de la productividad en su transformación hacia una industria más sostenible. Se presentaron experiencias que demuestran la adopción de la economía circular en el sector de la construcción con auspiciosos resultados. El 34% de los residuos sólidos que se generan en el país provienen de la industria de la construcción, que además genera el 31% de las emisiones de CO2 por concepto de consumo. Frente a estas cifras, hay tanto desafíos como oportunidades, que algunas empresas ya han hecho suyas y pueden ser un ejemplo de sostenibilidad.

Se desarrollaron diversas charlas, seminarios y talleres, entre ellos “Cerrando el círculo”, sobre el creciente mercado de materiales reciclados o reutilizados y la necesidad de aumentar su demanda en la industria. Como parte de esta actividad expusieron Francisca Díaz, coordinadora de proyectos de la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), entidad de la CChC que fomenta la productividad y sostenibilidad ambiental; Matías Contreras, gerente general de EcoAZA; Cristóbal Bascuñán, gerente regional zona austral de Constructora Salfa; y Priscilla Quintana, subgerenta de prevención de riesgos de constructora RVC.

Francisca Díaz, coordinadora de proyectos de CDT.

Francisca Díaz presentó un panorama general de los impactos medioambientales de la industria de la construcción y los diversos esfuerzos que se están realizando para contrarrestarlos, especialmente la economía circular.

“El sector de la construcción tiene una gran influencia en el crecimiento de los países, a nivel económico, social y medioambiental. En Chile, el sector aporta el 7,1% del PIB y concentra el 8,5% del empleo nacional. Además, consume el 32,6% del uso energético, concentra el 7% de consumo hídrico y es responsable del 31% de emisiones de CO2 asociadas a consumo energético”, comentó la profesional, Asimismo, refirió que la construcción genera alrededor del 34% de los residuos sólidos, y citó un estudio que proyectaba para 2023 que “la cantidad generada de residuos de la construcción y demolición (RCD) iba a ser equivalente a más de 7 millones de metros cúbicos, un volumen similar a 15,5 estadios nacionales”.

Frente a esto, Francisca Díaz planteó la interrogante de si es posible aplicar el modelo de economía circular a la construcción y, antes de responder, explicó brevemente los tres ejes sobre los cuales se estructura la circularidad con el fin de extender los ciclos de vida de bienes y productos y mantenerlos constantemente en uso: diseño libre de residuos y contaminación, mantener productos y materiales en uso; y regenerar sistemas naturales.

Luego, comentó que este modelo es posible en la construcción, principalmente a partir de entender que los residuos son recursos y que hay que hacer un esfuerzo importante en el diseño. En este sentido, abordó un estudio de ARUP en conjunto con la Fundación Ellen MacArthur, que promueve un “kit de herramientas para una edificación circular”. Entre ellas, Díaz destacó cuatro: evitar construir innecesariamente; diseñar para la adaptabilidad; aumentar la eficiencia de los materiales; y disminuir el uso de materiales nuevos y no renovables.

“Esto lo podemos aplicar a distintas etapas del ciclo de vida de un proyecto de construcción. En la etapa de planificación y diseño podemos hablar de retener, reparar, remodelar, y ahí entran conceptos como la edificación por capas, el diseño sin residuos, diseño para adaptabilidad, diseño para desamblaje y selección de materiales”.

Asimismo, mencionó la prevención de residuos de construcción desde el diseño, y comentó que actualmente “existen distintas técnicas y tecnologías que permiten que podamos prevenir residuos de construcción. Por ejemplo, la industrialización, prefabricación, el diseño para la fabricación y montaje, modularización, y plan de gestión de residuos en obra”.

“Finalmente, en la etapa de construcción, fin de vida y materia prima, se trata de concebir los residuos como recursos, es decir, la importancia de reusar, remanufacturar, reciclar y entender que los edificios son bancos de materiales”, concluyó Francisca Díaz.

“En la etapa de construcción, fin de vida y materia prima, se trata de concebir los residuos como recursos, es decir, la importancia de reusar, remanufacturar, reciclar y entender que los edificios son bancos de materiales”.


miércoles, 9 de abril de 2025

Crisis de la basura: Los vertederos de La Araucanía están colapsados

 Crisis de la basura: Los vertederos de La Araucanía están colapsados.

Jacques Phillippes Truan Laffont

Ingeniero Agrónomo DGE 

Líder Ambiental.





La región de La Araucanía atraviesa una grave crisis ambiental debido al vencimiento de la vida útil de sus vertederos y rellenos sanitarios. Este escenario se traduce en un gasto superior a los 24 mil millones de pesos, que se destinan a la recolección, traslado y disposición final de residuos, recursos que podrían invertirse en mejorar la calidad de vida de los habitantes de una de las regiones más empobrecidas del país.

Según la Subsecretaría de Medio Ambiente, el 90% de los sitios de disposición de residuos están colapsados. La Araucanía enfrenta una grave crisis 17 de sus 32 comunas envían su basura al Biobío, asumiendo altos costos de transporte. La misma Subsecretaria revela que el costo municipal por recolección, transporte y disposición de residuos alcanza los $23.550 por habitante en La Araucanía, superando en $2.427 el promedio nacional. Además, el costo por tonelada gestionada es de $63.825, $13.855 más alto que el promedio del país; el gasto por habitante en  La Araucanía es un 27% mayor que en la Región Metropolitana, lo que evidencia la urgencia de soluciones más eficientes.

“El traslado de basura no solo genera costos desproporcionados para los municipios, sino que también intensifica el impacto ambiental con altas emisiones de CO₂. Este modelo no soluciona el problema, simplemente lo traslada a otro lugar, perpetuando la contaminación y afectando la calidad de vida en las comunas.

En conversatorio realizado en septiembre 2023, Jacques Truan, vocero de la ONG MADRE (Movimiento de Amigos en Defensa y Resguardo Ecológico), señaló que la solución para la disposición de los Residuos Sólidos Domiciliarios, era holística y no única pasando por diferentes enfoque que hoy podrían contextualizarse como RRR o Economía Circular. Proceso  que demandaría a lo menos diez años.

Al respecto la Academia concuerda con lo dicho por el Ingeniero DGE Líder Ambiental  Truan Laffont, María Eugenia González  Ingeniero Ambiental, Doctora en Ciencias Ambientales, docente e investigadora de UFRO manifiesta al diario Austral “Si no queremos Planta Incineradora, debemos generar menos residuos y no hay cultura para eso”. “Necesitamos (la Incineradora) para hacer esta transición. Los cambios culturales en materia ambiental pueden demorar entre 20 a 30 años; el problema lo tenemos ahora”.

Pareciera ser que los alcaldes de la Asociación de Municipalidades Araucanía Andina no tienen clara la situación, algunos insisten que el problema debe solucionarse individualmente, y que el camino va por la basura cero; situación difícil y a muy largo plazo.

De acuerdo a datos de INE y  Subsecretaría de Medio Ambiente,  La región de La Araucanía produciría 449.941 toneladas al año de los cuales solo 260.966 serian compostables, y 40.495toneladas año deberían disponerse en vertederos.

Si consideramos la comuna de Lautaro, sede del conversatorio AMRAA, los RSD  sería del orden de 18.480 toneladas año de los cuales 10.718 corresponderían materia orgánica compostable, 2.587 a papeles y cartones, 2.023 plásticos, 739 vidrios y  2.413 toneladas a disponer en vertederos; situación ideal que dista mucho de la realidad.

El reciclaje es un paso clave para reducir los residuos, pero no es suficiente para manejar las grandes cantidades que se generan. Por ello, tanto la academia como lideres ambientales estiman necesario la aprobación del proyecto Waste-to-Energy (WTE) , una iniciativa que transforma los residuos no reciclables en energía limpia, reduciendo la dependencia de los vertederos y minimizando el impacto ambiental.

Este proyecto representa una solución moderna y sostenible para el manejo de residuos sólidos en la región. Además, cumple con todos los estándares técnicos y ambientales exigidos por el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA). Sin embargo, el Comité de Ministros rechazó su implementación, priorizando criterios políticos sobre fundamentos técnicos, lo que ha retrasado una solución urgente para La Araucanía.

Seguir dependiendo de vertederos no solo es insostenible, es irresponsable. No podemos aceptar que la única respuesta sea abrir más vertederos, perpetuando la contaminación, los altos costos y el impacto ambiental. La región necesita soluciones limpias y modernas”.

Una fuerte política de reciclaje más el proyecto Waste-to-Energy (WTE) son la solución integral que la región necesita para enfrentar la crisis de residuos. Al transformar los desechos no reciclables en energía, se reduciría la dependencia de vertederos y los altos costos asociados al traslado de basura, además de mitigar el impacto ambiental.